Se hizo de fuerza y tomó un viaje hacia la ciudad con las valijas cargadas de sueños.
Sin despedirse se fue un día sin más que hablar para jugarle una partida al destino.
En la ventana su reflejo le hacía acordar todas las voces que dejaba de lado.Pero el futuro lo miraba desde un lugar que prometía más de lo que había pensado.
Como si nada caminó una eternidad alucinando con los hijos del tiempo.
Vivió riqueza en la pobreza de esta ciudad sin preguntarse dónde había llegado.
Aquellos sueños que tenía ya no están más,porque es más fácil olvidarse de todo.
Tiene esperanza que algún día pueda parar de darle vueltas a esta rueda sin alma.
Sé que algún día por fin tu mirada tendrá muchas cosas por que sonreír.
2 comentarios:
tragando saliva (glup)=(
que textos mas bonitos tienes en tu blog madremia :)
que no se nos olvide preguntarle a pedro cómo irá vestido para la ocasión el jueves
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