
- ¿En qué estás pensado? ¿En tus padres?
- No,
pensaba en tí.
- ¿Y en que pensabas, si ni siquiera me conoces?
- Pensaba en
lo bonito que es cuando
no conoces a alguien pero lo tienes al lado, en los problemas que no tienes, en cómo te lo
imaginas, en los juegos de la fantasía, en que
vas donde quieres.
- ¿Y adónde has llegado?
-
Lejos.
Dolor, tienes que luchar contra él,
porque lo cierto es que no puedes desecharlo sin más.